EL MURO
RELATO: Gonzalo Meza Ortiz
Sin duda que el muro del Colegio Militar, no era cualquier muro y no lo digo porque lo recuerde con nostalgia, sino lo digo porque además de señalar los linderos y salvaguardar el Colegio, ese muro servía para cohibir las ansias de los cadetes “contreros”.
Había muchas categorías para clasificar a los cadetes, por ejemplo, los cadetes “reglamento”, los "relajados", los “chorreados”, los “chancones”, los “puntos” y también los cadetes “contreros” que eran los que solían “tirar contra” (acto de escalar el muro para escapar del Colegio), pero ¿por qué se llamaba “tirar contra”? Según el diccionario, ‘contra’ denota ir o estar en contra de algo. Por lo tanto, el que “tiraba contra” en el fondo era quien iba en contra de una de las reglas más sagradas del Colegio, escaparse era la peor falta y como tal, merecía un castigo tan drástico como la expulsión. Los cadetes “contreros” eran los transgresores de esta regla, eran cadetes que no obstante saber el alto riesgo que corrían, se arriesgaban.
Existían diversos motivos para “tirar contra”, desde los motivos triviales hasta los motivos delictivos que se hacían para sacar el botín a la calle (de este tipo de fuga más bien, sólo me enteré por otros). Los motivos triviales eran por ejemplo, para ir a una fiesta o para visitar una chica; un motivo de escape trivial que ahora confesaré, fue el que hice un viernes sólo por no cortarme el pelo (uno de los tantos requisitos exigidos para el cadete disfrutar de su salida de fin de semana) ¿Puede haber un motivo más trivial que ese?
Lo recuerdo como si fuese ayer, yo estaba con el uniforme de salida pero antes tenía que saltar la acequia que demarcaba el límite del Colegio con las nobles residencias del Barrio de Selva Alegre, primero vi que el panorama estaba despejado, tomé impulso... y salté... Era un salto difícil y arriesgado, la acequia era ancha y el punto de caída era muy angosto. Ya estaba colgado en el muro y listo para saltar, de pronto para mi mala suerte escuché la voz inconfundible del Sub-Oficial Víctor Valdárrago Deza gritándome ¡Meeeza... Baje Meeeza!... ¡Qué piña! pero afortunadamente sólo me dejó consignado (castigado) durante un mes y no me expulsaron.
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En fin, fueron tiempos de adolecentes y a esa edad uno no sabe bien lo que hace, al margen de ser “reglamento” o ser “relajado”.Me quedan en el tintero muchos otros recuerdos de “contreos”, pero no quiero dejar de mencionar mi gratitud a aquellos cadetes “contreros” que solidariamente acostumbraban dejar ladrillos apilados del otro lado del muro para facilitar la bajada del próximo “contrero”. Así es, cada quien guarda diferentes recuerdos de los 4 años que pasamos juntos en el Colegio Militar de Arequipa, realmente fueron 4 años de oro. |
Los dejo con el pensamiento que mandé incluir debajo de mi foto en el álbum de la promoción XXVI en 1980. “En tu seno me formé e interno te odié, pero tras el muro desahogué, por eso nunca te olvidaré”. Esto lo dice todo, no?
FIN
COMENTARIO DE OMAR ENRÍQUEZ PRADO
Gonzalo Meza Ortiz es uno de aquellos compañeros que se plantean interrogantes suigéneris y muchas veces se aprofunda sobre temas sociales, analisándolos de una manera más detallada, un ejemplo de ello es cuando se cuestiona y propone desmenuzar detalles por muchos desconocidos sobre la sangrienta Batalla de Arica y que lo puedes leer en el siguiente blog...
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